viernes, octubre 31, 2014

Tres maestros de la arquitectura en Nueva York.

A mi entender Nueva York es una gran urbe en muchos aspectos y si hablamos de creatividad, de lugar de confluencia de movimientos artísticos de todo tipo, de frenética actividad cultural, se convierte en la capital del mundo mundial.

Es una ciudad que me fascina y entre tanto estímulos que me provoca a la hora de escribir hoy he decidido dedicar este ‘post’ a su arquitectura, sin duda uno de los que más impactan. De todos es conocido el ‘skyline’ de Manhattan, con edificios emblemáticos mil veces representados en fotografía, cine, cómic, pintura… son verdaderos iconos del siglo XX. Por eso prefiero hablar brevemente de tres arquitectos míticos y la huella que dejaron con tres edificios en la Gran Manzana que aunque no son los más conocidos no por ello son menos representativos .

Walter Gropius (1883-1969) nació en Berlín y es el fundador de la ‘Bauhaus’. En los años cincuenta diseñó el edifico de la ‘Pan Am’ en pleno Manhattan. Se inauguró en 1963 y con sus 58 plantas y 246 metros de altura se convirtió en el edificio de oficinas más grande del mundo. Fue muy criticado por su volumen, se le considera dentro de una corriente arquitectónica llamada ‘brutalismo’ (creo que viendo las fotos queda claro porqué). Incluso tenia un helipuerto en el tejado del edificio que se cerró en 1977 a causa de un grave accidente de un helicóptero en el que murieron cinco personas. Actualmente es el famoso ‘MetLife Building’, la compañía aérea lo vendió en 1981 a la de seguros. Está situado en el número 200 de Park Avenue.

El arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright (1867-1959) es el artífice del Museo Guggenheim de Nueva York. Como ocurre con muchos artistas rompedores esta obra se vio envuelta en numerosas polémicas entre el mundillo artístico de la época debido al carácter innovador del edificio -parece una gran cinta blanca enrollada en forma cilíndrica-, el proyecto se dilató durante muchos años, desde su diseño en 1943 hasta su inauguración en 1959. Curiosamente tanto su cliente, Guggenheim, como el propio arquitecto murieron antes de que se inaugurara el museo. Como ha ocurrido con su homólogo de Bilbao, al poco tiempo el edificio se convirtió en si mismo en una obra de arte. Se ubica en la esquina de la 89 con la 5ª Avenida, frente a Central Park.

Y el tercero en discordia es Ludwig Mies Van der Rohe (1886-1969), también alemán al igual que el primero y director de la escuela ‘Bauhaus’ durante tres años. Su obra en Nueva York es el edificio Seagram, finalizado en 1958 de 37 pisos y 157 metros de altura. A pesar del frenético crecimiento económico de la América de los años cincuenta y su reflejo en un desenfrenado afán inmobiliario en Nueva York, Mies Van der Rohe fue capaz de dejar un gran espacio abierto frente al edificio, dando la posibilidad a todos los neoyorquinos de disfrutar de una plaza pública con bancos y dos estanques con fuentes, es la llamada Plaza Seagram. Está situado en el número 375 de Park Avenue.

En esas famosas listas de "cosas que hacer antes de morir" o "antes de cumplir los 40 años", etc, etc, muchas veces cargadas de banalidades, creo que para mi la primera sería visitar Nueva York y la segunda quedarme a vivir allí una temporada. La primera ya la pude cumplir, la segunda... bueno eso es otro cantar.


sábado, octubre 04, 2014

Chema Madoz, fotógrafo minimalista

Hoy quería retomar otra de mis pasiones pero como observadora, mirona o voyeur, la fotografía. Y es que siempre he admirado y envidiado esa capacidad que tienen algunos de retratar un paisaje, una mirada, un objeto y darle vida. Por ejemplo, un verdadero fotógrafo se encuentra tras un temporal un neumático cubierto de algas y conchas sobre unas rocas en la playa y lo convierte en poesía visual. Yo enfoco lo mismo, disparo y lo transformo en basura flotante. Creo que queda claro porqué prefiero mirar y admirar las fotos de otros.

Pues bien, os quería hablar de un gran fotógrafo que sigo hace muchos años y que consigue eso de lo que os hablaba, verdadera “poesía visual”, Chema Madoz, uno de los grandes sin duda.
Madoz (Madrid, 1958) lleva más de veinte años fotografiando objetos y siempre en blanco y negro. Sus trabajos son deudores del movimiento surrealista y como tal sabe darle la vuelta a la realidad y exponer puntos de vista ocultos y sorprendentes. Deja al margen cualquier elemento accesorio y deja el objeto desnudo, casi como si fuera una escultura. 

Sobre su técnica os dejo unas palabras suyas que son toda una declaración de intenciones:
"He hecho muy poca fotografía digital, cuatro o cinco. Sigo en analógico porque lo reclama el propio trabajo; establece un vínculo con la realidad que no logra la fotografía digital, que es algo totalmente manipulable. A mí me interesa hacer esos cambios en la realidad, manipular los objetos reales, no me sirve la manipulación digital. Lo analógico sigue teniendo ese carácter de verdad, de notario de la realidad que necesito".

Creo que ante su fotografía nadie con un mínimo de sensibilidad puede quedar indiferente, las imágenes de Madoz te llevan en ocasiones a una reflexión, otras a esbozar una sonrisa de complicidad, el caso es que provocan y eso es lo que me gusta.

Entre sus muchos premios destaca el Nacional de Fotografia del año 2000.






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