jueves, diciembre 29, 2016

Rosa Parks o la fuerza del hartazgo en un día de furia.


Hace tan sólo 60 años, en EEUU la segregación racial era ley y se aplicaba sin contemplaciones especialmente en los estados del sur. El 1 de diciembre de 1955 en la ciudad de Montgomery (Alabama) ocurrían cosas como la siguiente: los autobuses urbanos tenían una línea que marcaba la ubicación de los usuarios; los negros detrás y los blancos delante, así los pasajeros de color debían subir por delante pagar al conductor y volver a bajar para entrar por la puerta trasera. 
Aquel 1 de diciembre Rosa Parks decidió no levantarse cuando el conductor le recriminó que ocupaba un asiento para blancos. Por semejante “delito” fue detenida y pasó una noche en el calabozo además de pagar una multa.

Algunos historiadores ponen en duda la contribución de Parks al movimiento de derechos civiles y su valor al negarse a ceder su asiento. Muchos relatos del supuesto delito de “mala conducta” de Rosa Parks en 1955 la describen como una simple "costurera cansada". Sin embargo, Parks proclamó en su autobiografía: Mi Vida ("My Life"), que no es verdad que estuviera físicamente cansada sino mentalmente “cansada de ceder".

El caso se hizo público y un entonces semi-desconocido Martin Luther King lideró una protesta multitudinaria que derivó en un boicot a la compañía de autobuses por parte de la población negra -que suponía el 75% de los usuarios- y que se mantuvo durante 381 días; durante más de un año criadas y obreros de color se trasladaron a pie a sus puestos de trabajo. La compañía de autobuses estuvo a punto de quebrar y la Corte Suprema tuvo que derogar las leyes de segregación y abolió cualquier discriminación de raza en lugares públicos.

Rosa Parks murió a la edad de 92 años el 24 de octubre de 2005 en la casa de retiro en la que pasó sus últimos años. En 2004 le fue diagnosticada la enfermedad de Alzheimer.

El 1 de diciembre de 2005, en la ciudad de Nueva York, Washington DC y otras ciudades estadounidenses, como acto simbólico, se dejó vacío el asiento de detrás del conductor de los autobuses urbanos para conmemorar a Rosa Parks y su acto de desobediencia civil.

Actos como el de Rosa Parks deben recordarnos que a veces un pequeño empujón de una sola persona entreabre una puerta y si es seguida por muchos esa puerta acabará cayendo y dejando paso al aire de libertad que todos necesitaban. Tampoco olvidemos que la conquista de los derechos civiles ha costado muchos esfuerzos y cualquier atisbo de complacencia ciudadana es siempre aprovechada por los poderosos para rebañar lo poco que nos dejan en el plato.


Tutticonfetti©2014.Todos los derechos reservados. Con la tecnología de Blogger.